En i2O no nos perdemos en debates interminables sobre el cambio climático y sobre quién lo ha provocado. Lo que sí hacemos es reconocer un problema acuciante: cada vez se producen más episodios climáticos extremos. Para las compañías de aguas, la falta de lluvia y las precipitaciones excesivas son dos caras de la misma moneda, porque repercuten en el suministro, almacenamiento y tratamiento de agua potable. Los embalses están o bien rebosantes o bien en niveles mínimos, las plantas de tratamiento están desbordadas, y la calidad del agua es más difícil de controlar.
Según la información meteorológica de Australia de la BBC, en Darwin han caído en pocos días precipitaciones equivalentes a un mes entero y, al mismo tiempo, en el sureste del continente se han registrado temperaturas de 40 °C.
Los episodios climáticos extremos son uno de los seis retos que, según i2O, afectan a las compañías de aguas de todo el mundo. Los otros cinco son: el crecimiento poblacional, la concentración en núcleos urbanos, la antigüedad de las infraestructuras hídricas (el porcentaje de sustitución de tuberías a nivel mundial no llega al 1 % anual), el envejecimiento de la población activa, la mayor exigencia de los consumidores, y la dificultad de aumentar los ingresos y de acceder al capital.
Las soluciones de i2O ayudan a las compañías de aguas a enfrentarse a los episodios climáticos extremos, y esto incluye prepararse para la sequía.
