El NB-IoT supera el punto de inflexión
En junio de 2020, GSMA ha identificado 94 redes comerciales NB-IoT y 37 redes LTE-M conectadas.
Hemos superado el punto de inflexión. Ahora nuestros clientes ya incluyen el NB-IoT en sus especificaciones. Algunos no lo están comprando, otros lo especifican como requisito durante el tiempo que dure el contrato (normalmente, tres años).
(Imagen: Atenuador de potencia del módulo de radiofrecuencia de una estación NB-IoT)
En la actualidad, i2O ofrece tres opciones de conectividad para dispositivos móviles: solo 2G, 3G con 2G y NB-IoT & Cat-M1 con 2G. Todos estos dispositivos son aptos para un entorno de producción, se pueden instalar sobre el terreno en grandes cantidades y utilizan la misma plataforma de hardware.
El uso generalizado del teléfono móvil ha impulsado el avance del 2G al 5G, pasando por el 3G y el 4G, debido a la necesidad de transmitir volúmenes de datos cada vez mayores para que los usuarios puedan ver vídeos en sus teléfonos y, durante el reciente confinamiento, para realizar videollamadas por Facetime y Zoom.
Esas tecnologías de comunicación móvil ya no eran adecuadas para los dispositivos con requisitos de datos mucho menores, que solían funcionar con batería. Evidentemente, no cabía la opción de dejar cargándolos por la noche en la mesita junto a la cama. ¡Ni siquiera para el operario más abnegado!
Para cubrir esta necesidad surgieron varios proveedores de LPWAN (los más destacados son Sigfox y LoRa), que utilizaban un espectro sin licencia.
Pero, como ya predijo i2O, las compañías de móviles reconocieron la oportunidad que habían dejado pasar y la cubrieron rápidamente con NB-IoT y Cat-M1.
El estándar NB-IoT es una iniciativa creada desde cero por el Third Generation Partnership Project (3GPP), la organización que se encarga de la normalización de los sistemas celulares, para cubrir las necesidades de los dispositivos de muy baja velocidad de datos que necesitan conectarse a las redes móviles y que suelen funcionar con batería. Parece que será la que acabe llevándose el gato al agua frente a los protocolos del espectro sin licencia, porque ofrece un alcance y una penetración de señal mucho mayores y un menor consumo de energía, a lo que se suma la solidez, fiabilidad y seguridad de las redes de telefonía móvil.
Los expertos están divididos sobre el futuro de los protocolos alternativos. Sigfox parece condenado porque no ha desplegado ninguna red significativa. LoRa ha desplegado redes en Europa y es posible que aún sobreviva como alternativa al Wi-Fi para los dispositivos de bajo consumo que se encuentren en un mismo edificio. Pero cualquiera que utilice este protocolo debe crear y mantener su propia red, lo que puede resultar caro y no garantiza que la contención del dispositivo no afecte a la latencia.
La última predicción que hicimos era sobre el futuro. El futuro ya está aquí, y tiene mucho que ver con el NB-IoT.
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