La actriz británica Dani Dyer no bebe agua del grifo.
Al parecer, cree que Gobierno británico la envenena a propósito y que será el método con el que sacrificarán a la población. Eso si el coronavirus no lo consigue primero.
Dani no es la única. Hannah Ewens nos adentra en la teoría de la conspiración según la cual el fluoruro es la droga con la que los gobiernos controlan la mente de los ciudadanos.
De hecho, solo el 10 % del Reino Unido tiene agua fluorada. Las compañías de agua se muestran cautelosas al explicar su presencia en la red de suministro; básicamente, no tiene nada que ver con ellas. Es el Gobierno. Y ellas dan su propia explicación.
Hay una cosa de la que Dani puede estar segura: los dispositivos de i2O que se conectan a las redes de suministro de agua no están envenenando a nadie.
Cumplen escrupulosamente la Norma 31 del Reglamento sobre abastecimiento de agua (calidad del agua) de 2016 (con sus enmiendas) que implementa el Artículo 10 de la Directiva de Agua Potable (DWD) del Consejo de la Unión Europea en Inglaterra y Gales para todos los productos químicos y de construcción utilizados por las compañías del agua, desde la fuente de suministro de agua hasta el punto de entrega en el edificio del consumidor.
Y están homologados por el WRAS.
Con nosotros estás a salvo, Dani.
¡Bebe sin miedo!