Reducir el consumo y las pérdidas de agua, o pagar el precio
En los últimos días de su mandato, la administración Trump ha cambiado la normativa sobre los cabezales de ducha.
Según The Hill, la definición de los cabezales de ducha, que databa de hace 30 años y restringía el caudal a 2,5 galones (9,5 litros) por minuto, ha cambiado y la normativa se ha vuelto más laxa. Durante la administración Obama se empezaron a comercializar nuevos cabezales con múltiples boquillas, y se especificó que el caudal máximo de 2,5 galones por minuto se refería al caudal procedente de todas las boquillas. Esto es lo que ha cambiado, y ahora el nuevo límite es de 2,5 galones por minuto por boquilla.
A esto hay que añadirle la nueva normativa para lavadoras y secadoras, que les permite cumplir estándares de eficiencia más laxos si el programa de lavado y secado es inferior a 45 minutos.
Desde el Departamento de Energía, se considera que estos cambios mejorarán la calidad de vida de los estadounidenses al ahorrarles tiempo que podrán dedicar a otras tareas. The Hill menciona que «la obsesión del Presidente Trump […] ha sido evidente durante todo el tiempo que ha permanecido en el cargo, y se ha mostrado contrario a los cabezales de ducha, los inodoros e incluso las bombillas y los lavavajillas de bajo consumo». Concretamente, Trump declaró: «Hablando de cabezales de ducha… te duchas y el agua no sale. Vas a lavarte las manos y el agua no sale. ¿Y qué haces? ¿Te quedas ahí plantado o te das una ducha más larga? Porque mi pelo… yo no sé ustedes, pero el mío tiene que estar perfecto. Perfecto».
Vale la pena señalar que los Estados Unidos ya encabezan las tablas mundiales de consumo de agua per cápita. Con 1207 metros cúbicos por persona, su nivel de consumo es el doble del de Japón, el triple del de Corea del Sur y más de 15 veces el de Luxemburgo.
Un factor clave que está aumentando el consumo de agua en todo el mundo es el aumento de la población. Son tres los elementos que impiden el suministro de una mayor cantidad de agua: su disponibilidad, el impacto que tiene la energía utilizada para tratarla (ambos factores repercuten en el clima y el medio ambiente) y el costo. Obtener agua de nuevas fuentes de suministro es muy caro.
Para hacer frente a estos problemas, debemos reducir el consumo por persona y perder menos agua de la red por culpa de las fugas y fallas.
Las soluciones de i2O están diseñadas para ayudar a reducir las pérdidas reales mediante el monitoreo y la gestión eficaces de las redes, y la optimización de las presiones.
Aunque cambiar de actitud para siempre —ducharse más rápido, no dejar correr el grifo al cepillarse los dientes o no regar el césped en épocas de sequía— puede ayudar, no es fácil lograrlo. Por lo tanto, las normativas que deben cumplir los productos son la principal herramienta para reducir el consumo. En general, su objetivo es lograr la eficiencia de los productos manteniendo su eficacia.
Necesitamos consumir y malgastar menos agua, porque la alternativa es demasiado cara. Es probable que Biden revoque los cambios de la administración Trump, y sería muy positivo que también introdujera objetivos de reducción de pérdidas para las compañías del agua.
Mientras tanto, deseamos a nuestros lectores, creyentes y no creyentes, unas felices fiestas.
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