«¿Podemos confiar en la inteligencia artificial?», se pregunta Marianne Lehnis, periodista especializada en tecnología empresarial.
Antes de responder —o incluso formular— esta pregunta, deberíamos preguntarnos: «¿podemos confiar en los humanos?» No siempre son capaces de justificar las decisiones que toman y, además, cuando lo hacen, sabemos que la respuesta suele ser una racionalización a posteriori de una decisión inconsciente. También sabemos que el cerebro humano presenta múltiples fallos, al estilo de los fallos de software. ¡Nada menos que 166! Se conocen como sesgos cognitivos y aquí aparecen clasificados.
No podemos juzgar la inteligencia artificial a partir de estándares poco realistas —la perfección—, sino que debemos compararla con el proceso de toma de decisiones del ser humano. La confianza también se aplica a los humanos, y es algo que la persona, o el robot, va construyendo a lo largo del tiempo, demostrando que la mayoría de las veces suele tomar decisiones acertadas.
También vale la pena señalar que los errores de software se pueden identificar y, normalmente, corregir. En el caso de los seres humanos esto no es así, por lo menos a día de hoy.
Además, los humanos necesitan dormir. Esto significa que están activos un 72 % del tiempo, sin contar las pausas para comer, ir al baño, etc.
La disponibilidad de la plataforma de i2O es del 99 %. Y el primero de nuestros módulos analíticos, el monitoreo basado en condiciones de las VRP, tiene una exactitud del 99 %. Esto significa que se puede confiar en i2O. ¿Puede garantizar su empresa la misma precisión?