Dimite el director general de Watercare
Una lección para todos los directores generales de las compañías del agua.
Entre noviembre de 2019 y mayo de 2020, Auckland tuvo un 40 % menos de precipitaciones de lo que es habitual, en lo que es la peor sequía de la región desde que se conservan registros.
Alguno pensará que es injusto que Raveen Jaduram —el empleado mejor pagado del Auckland Council, con un salario de 775 000 dólares australianos, un 30 % más que el consejero principal de esta administración local como les gusta señalar a los medios— haya tenido que renunciar a su cargo.
Pero la causa de su renuncia no es un desastre natural, sino el fracaso a la hora de planificar un episodio que probablemente afectará a todas las compañías del agua del planeta.
Entre las responsabilidades del director general, se encuentran:
- Reducción de la demanda
- Impulsar políticas para introducir el control y el etiquetado de eficiencia de los electrodomésticos.
- Lanzar campañas informativas sobre la necesidad de ahorrar agua.
- Planificación de la demanda
- Garantizar el suministro adecuado para diferentes supuestos de demanda.
- Reducción de las fugas
- Trabajar para que se produzcan menos fallas.
- Garantizar que se encuentren las fugas y que se arreglen más rápidamente y de forma económica
- Limitación del suministro
- Proporcionar un mecanismo mediante el cual se pueda reducir el suministro antes de que se apliquen restricciones al consumo de los usuarios.
- Gestión de la escasez
- Asegurarse de que existe un plan por si se llega a una situación en la que todos los pasos anteriores sean insuficientes.
La realidad es que muchos directores generales de compañías del agua que se limitan a seguir esta estrategia:
- La demanda es lo que consumen los clientes.
- Las sequías graves no son habituales, por lo que no nos debemos preocupar mucho de que sucedan.
- Redoblan los esfuerzos ineficaces para detectar y reparar fugas.
- Aplican restricciones a los usuarios en caso de sequía.
- Presuponen que la gente entenderá que la sequía es un desastre natural y que no tiene relación con una gestión nefasta.
La gama de soluciones de i2O es vital para reducir las fugas de forma económica y limitar el suministro. Los responsables deberían tomar nota para no tener que «reorientar su carrera profesional».